domingo, 27 de marzo de 2011

Ironía


   Ayer soñé que andaba en bicicleta, que me salía bien, que sabía hacerlo. Alguien me veía y me pedía que le enseñara. Me decía “Yo no sé andar como vos, pero tengo ganas de aprender. ¿Me enseñás?”, y entonces yo empezaba a hacerlo. Comenzaba por explicarle cómo se hacía. Después yo miraba acompañando de cerca cada movimiento, evitando cada posible caída, riendo, pero apoyando cada pequeño aprendizaje. Pasaban los tiempos y se acostumbraba a mi apoyo, yo cansado pensaba  “Si no quiere aprender, ¿para qué le enseño?”. Finalmente me decía “Tu enseñanza ya no me sirve”, entonces desperté. Hoy cree andar mejor que yo. Yo ya no le enseño, ni me pide mi bicicleta. Le sacó las rueditas a la suya, y ya no necesita mi ayuda. Yo pedaleo como puedo, y dos por tres se me pinchan las ruedas.

1 comentario:

Tango D. dijo...

Texto monumental. Invita a la reflexión profunda. A reconocerse. A valorar el aprendizaje de cada paso que damos en la vida, con errores y aciertos. A seguir aprendiendo. A despertar, sacar conclusiones y seguir. A intentar. Abrazo grande.