jueves, 17 de febrero de 2011

¿ Podrán juntarse alguna vez ?


   ¿Podrán juntarse alguna vez? Tan distintos son como aparentan, o es sólo una ilusión, un deseo? Deseo que al mismo tiempo quiere mantenerlos distantes; equidistantes. Así es como están con respecto a mí, que soy quien hace las veces de mediador entre las líneas de fuego. Los sentimientos se disparan por dentro como voces que pretenden guiarme hacia un horizonte un tanto inaccesible, aunque ideal; o ideales, porque son dos.

   Alguna vez escuché decir que con el número dos nace la pena, ese sentimiento tan abundante en un constante campo de batalla y tan parecido a un coma del cual nada podría sacarnos, excepto eso que esperamos. Eso que uno quiere, otro necesita, y un tercero siempre ansía encontrar para dar fin a tantas necias peleas que hunden su mundo en un infierno de hielo.

   Hielo que logran derretir unos tantos destellos de belleza que rondan por la vida. Quién pudiera encontrar la forma de hacerlos brillar hacia uno? Si con sólo un poco de esos bastara para matar el frío. Seria fácil entonces abrir la puerta y dejarlos entrar. Tan cerca y sin embargo tan lejos.

   Quizá así sea como deban estar, como en un escaparate, inalcanzables para quienes los anhelan y deben conformarse sólo con lo que logran comprar. Comprar, pagar el precio. Nadie puede negar que siempre habremos de pagar un precio. Será esa su voluntad?

   Existe, acaso, alguien cuyas voluntades rigen a todos?. En algún rincón de este vasto universo del cual soy dios, supongo que creo que sí. De lo único que diría estar seguro es de su heredero. Aquel a quien enseñó e hizo enseñar quien era él. Todos deberíamos tener uno; alguien que entienda y haga entender lo que somos y lo que merecemos. Tan cerca y sin embargo tan lejos. Habrá él pagado un precio? Quizá lo sepamos algún día. No obstante, algo ha de ser verdad, él no tiene tantos problemas en su mundo como yo en los míos.

   O mío? Puede ser que sea uno y todo sea consecuencia de los soles y de que cara destellen. En un polo un infierno de hielo, en el otro un glaciar de fuego.

   Eventualmente se irán acercando estos mundos a un Sol. O por el contrario, será el Sol quien de una vez por todas, y ya falto de ese miedo que infunden las frías miradas se digne a acercarse a estos mundos. Así finalmente, habrán de ser todos los hielos derretidos, todos los fuegos templados, todas las distancias acortadas, y todos los precios pagados... o no.

3 comentarios:

Tango D. dijo...

Muy buen relato. Probablemente llevemos esa contradicción polar intrínseca. Quién sabe si se juntarán las puntas del lazo? Acaso habrá que esperar el descenlace justo y a tiempo o será mejor que nada esté en su justito lugar? Por un lado, todos los fuegos (el fuego) nos hacen bailar para no quemarnos. Del otro lado el hielo y la calma se derriten sin poder ser controlados. Todo está tan bien y mal. "Movimiento las cosas tienen, movimiento". Abrazo. Espero no tengamos que pagar todos los precios, el precio...

Arlequin dijo...

"Alguna vez escuché decir que con el número dos nace la pena"

me encantó esa frase, me encantó el post, me encantó el blog, básicamente. Te sigo, abrazo

MFK dijo...

Amiga Arlequín, qué decir...? Con tanto piropo uno no puede más que sonrojarse; de todos modos, más que agradecido. Las puertas están abiertas, se la espera cuando guste. Se retribuye el abrazo.